Brevísima relación de la destrucción de las Indias Occidentales

Portada de la «Brevísima relación…», año 1.552

Uno de los hitos que marcaron el siglo XVI y el XVII fue sin duda el contacto entre los habitantes del «Viejo Mundo» con los del «Nuevo Mundo«. Lo que pudo haber sido algo muy bueno para ambas poblaciones desgraciadamente acabó en un desastre por dos motivos. Por un lado, la codicia propia de quienes iban a buscar fortuna a una tierra nueva, gentes que en su mayor parte fueron desheredados y no gentes de alta alcurnia como se quiso hacer creer desde los primeros relatos; tomaron a gentes de cultura diferente por seres inferiores, un error que a la postre acabaría siendo un gran desastre para las culturas americanas de la época. Por el otro lado, no sólo se trató de la codicia por los metales preciosos, si no que también influyó otro tipo de codicia: el ansia de poder. Ganar nuevas tierras, inmensas reservas de materias primas e incluso «ganar almas para el Señor». Porque no sólo la codicia de la gente sin recursos fue el motor de la conquista de un continente, si no que la poderosa Iglesia Católica, con la excusa de «ganar almas para el Señor» aprovechó muy bien la ocasión para expandir sus territorios y acabar gobernando una cantidad de tierras que duplicaron de repente todas las que ya tenían -que no eran pocas-. A pesar de la visión de la época, hubo incluso quien entre el seno de la propia Iglesia llegó a denunciar los atropellos que se cometían en nombre de la «civilización» y de la religión. Uno de ellos fué un fraile dominico llamado Bartolomé de las Casas (1.474-1.566) en su relato «Historia de las crueldades de los españoles conquistadores de América o Brevísima relación de la destrucción de las Indias Occidentales». Se trata de una pequeña obra presentada ante Felipe II, quien a la sazón aún era príncipe y estaba encargado del gobierno de las «Indias Occidentales» (nombre dado originariamente a América) que reproducimos íntegra a continuación. Si bien empieza como una simple descripción, Bartolomé no pudo contenerse ante lo que observó en su estadía en aquellas tierras y al relato original añadió unas frases de denuncia que resaltamos en negrita.